Millones de personas alrededor del mundo tienen sueños, algunos de ellos muy difíciles de cumplir. Realizar un viaje al otro lado del planeta, dedicarse de mayor a una profesión concreta o ganar la lotería, son algunos de los más deseados. Yo al igual que el resto, tengo los míos. Dos de ellos ya los he cumplido, el primero hace tres años al comenzar mi grado en Periodismo y el segundo (mi favorito y más deseado) el pasado sábado, al tirarme en paracaídas.
Dice mi familia que hay que estar un "poquito loca" para hacer lo que yo he hecho, pero quiero que sepáis que estoy más cuerda que nunca, los años de universidad y la edad, te hacen madurar.
Años y años eran los que llevaba queriendo realizar un salto tandem, exactamente desde los once cuando tuve la oportunidad de experimentar la sensación de altura tras deslizarme en una tirolina. Aquello me supo a poco, tan solo eran 15 metros. A partir de ahí, despertó en mí una inquietud, un deseo que quería ir más allá, tan lejos hasta alcanzar los 4000 metros de altitud y una velocidad de 250 km/h.
Conforme me iba haciendo mayor, veía que el gran momento se iba acercando... pero no llegó hasta el pasado sábado. Me desplacé hasta el aeródromo de la localidad toledana de Lillo en compañía de mi hermana Noemí. Allí me armé con el mono y los arneses tras escuchar las recomendaciones previas antes de saltar, y junto con los instructores, subí al avión.
Esta ha sido la mejor experiencia de mi vida sin duda, un viaje inconcebible. Todo fue de maravilla: la subida en el avión, la caída libre y lo más importante, el aterrizaje y todo ello, gracias a profesionales como mis instructores. Mil gracias a Víctor y a Marco por hacer mi sueño realidad y por sacarme unas fotos espectaculares.
Solo os recomiendo que si esta es una actividad pendiente o un sueño por cumplir, hacerlo, no os arrepentiréis. ¡ES INCREÍBLE!
Contacto:
-Twitter: @MRaquelMiguel
-Facebook: María Raquel Miguel González
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