lunes, 24 de marzo de 2014

Gentile Italia (II)

Después de disfrutar de la "Ciudad de los Canales" tocaba ir rumbo a Florencia, pero antes había que hacer parada obligatoria en Padua. Para quien no lo sepa, Padua, Padova en italiano, es una pequeña ciudad situada a 40 kilómetros al oeste de Venecia. No es una de las ciudades más turísticas de Italia pero si te pilla de paso, merece la pena hacer una visita y ver algunos de sus monumentos.

Al llegar a Padua nos dirigimos directamente a la Basílica de San Antonio, famosa por ser el templo que recoge los restos del santo portugués Antonio de Padua. 


Después estuvimos visitando las calles periféricas a la Basílica. Muy cerca de allí, nos encontramos con una enorme plaza, quizás una de las más gigantescas que jamás había visitado. Se trata de Pratto della Valle, y efectivamente, según he podido averiguar, es la plaza más grande de Italia. Difícil de creer, ¿verdad?


Merece la pena ver porque es una plaza no convencional, con un canal circular rodeado por decenas de estatuas. Realmente es precioso contemplar la estampa desde el puente que la atraviesa, pero mejor es verlo de noche, ya que según nos comentaron los vecinos de la zona, es una de las imágenes nocturnas más bonitas de la ciudad con el reflejo de las estatuas sobre el agua.

Tocaba despedir Padua antes del mediodía pues aún nos esperaban dos horitas de viaje hasta Florencia.


 
Por la tarde llegamos a Florencia pero no fue hasta la mañana siguiente cuando salimos a conocer la ciudad.





Si resulta difícil conocer una ciudad en tan solo un par de días, más aun lo es si se trata de Florencia. El fondo artístico de esta ciudad es casi inagotable. En cada paso que avanzas, algo nuevo descubres. 

En esta entrada me voy a centrar solo en los puntos más significativos de cada ciudad que visité durante mi viaje de fin de curso porque explicar todo además de pesado, sería interminable.

Una de las maravillas más significantes de la capital de la toscana es sin duda, la Basílica de Santa María del Fiore. Situada en el casco histórico, es una de las reliquias más preciadas del arte gótico y el Renacentismo italiano. 


Destaca la grandiosa cúpula de más de cien metros de altura pero sobre todo el poder contemplar el resto de la ciudad desde lo más alto.


Estábamos en el cuarto día de viaje y según el itinerario programado tocaba ir a Roma. Mis compañeros y yo no estábamos entusiasmados por ver la capital de Italia. Parece extraño lo que voy a decir, pero sí, ya estábamos cansados. Compaginábamos fiestas y visitas turísticas, no había tiempo que perder y apenas dormíamos (salvo en el autobús). Yo creo que la mayoría de los jóvenes que ha tenido la oportunidad de realizar un viaje de fin de curso y con 17 años llevaba ese ritmo, ¿no?

Aún así sacamos fuerzas de donde no las había para no dejarnos nada por ver y antes de llegar a Roma, visitamos Siena.


Tanto la Basílica de Florencia como la catedral de Siena comparten el mismo tipo de arte, el gótico. Si es bonita por fuera, ya no os quiero contar cómo es por dentro. Para que os hagáis una idea, las columnas interiores están pintadas a rayas, como si de cebras sosteniendo los techos se tratara. ¡Una preciosidad! Nunca antes había visto una catedral así.

Después del almuerzo, fuimos a Piazza del Campo, una de las plazas medievales más grandes de Europa. La plaza está inclinada, sentarse allí es como sentirse en un inmenso teatro.


Después de comprobar la dureza del suelo de la plaza, cogimos de nuevo el autobús con destino Roma.



Me sorprendió gratamente porque cada rincón de la ciudad es como si se tratase del escenario de una postal.


Roma, era la quinta ciudad que visitábamos y a pesar de ser la última, fue la que más disfruté. El tiempo no nos acompañó en toda la semana pero cumplimos con el programa igualmente.

El Coliseo, los Foros Romanos, el Palatino, Catacumbas, Monumento Nazionale a Vittorio Emanuele, el Castillo de Sant Angello, Fontana di Trevi, Piazza Navona, la Plaza de España, barrio de Trastevere... 




Todo eso visitamos pero nada me sorprendió tanto como el Vaticano. Jamás imaginé que tan poco espacio pudiera reunir maravillosas obras de arte.










Espero que os haya gustado. Esto solo es una diminuta parte de todos los lugares que visité durante mi semana en Italia.


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lunes, 17 de marzo de 2014

Gentile Italia (I)

Italia, Italia, Italia... que contar acerca de este maravilloso país del Mediterráneo. Buena gente, ciudades maravillosas, bellos paisajes y caracterizada cómo no, por su excelente gastronomía, la pasta.

Como marcaba la tradición en el IES Sefarad, todos los años los alumnos de primero de bachillerato realizaban su viaje de fin de curso a Italia. Era el acontecimiento más esperado en el instituto. Mis amigos y yo desde que entramos allí en septiembre de 2005, íbamos contando cada final de curso, los años que nos quedaban para irnos.

Este viaje significaba el cambio que suponía el paso de un ciclo a otro. Acabábamos de aterrizar en el "primer curso de los mayores", todo se iba complicando: nuevas asignaturas, profesores desconocidos y lo más difícil de todo, tenías que tener una idea clara de lo que querías estudiar en un futuro. Sin duda, una de las decisiones más complejas de la época.


Después de la campaña que hicimos para sacarnos unos "ahorrillos" para el viaje y tras superar satisfactoriamente la segunda evaluación, llegó marzo del 2010 y con él, Italia.


Nuestro primer destino del viaje fue Venecia. Recuerdo que llegamos por la tarde, ya estaba anocheciendo y había una niebla terrorífica. Esa noche fuimos directamente al hotel para prepararnos y salir de fiesta. A la mañana siguiente, cogimos el "vaporetto" y nos trasladamos hasta el centro de la ciudad.









Anduvimos todo el día sin parar, la ocasión lo merecía. No podíamos dejarnos por ver lo más importante de la ciudad, ya que todo era imposible porque íbamos a contra reloj. Una vez más, llegó la tarde, estábamos reventados y qué mejor manera de relajarnos que dando un paseo en góndola. ¡Fue espectacular!


Aconsejo a todo aquel que visite Venecia que monte en góndola. El trayecto es de unos 45 minutos más o menos, en nuestro caso cerca de los 55, ya que Mario, el mejor gondolero de todos, se enrolló con nosotros.Tienes acceso a canales intransitables, conoces nuevos rincones de la ciudad y cruzas uno de los puentes más famosos, el puente de los Suspiros.


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jueves, 13 de marzo de 2014

Mi Afán

Como decía Napoleón Bonaparte: 


"No hay distancia que no se pueda recorrer ni meta que no se pueda alcanzar"

Si algo me gusta realmente en la vida, es viajar. Desde que era pequeña despertó en mí un afán por saber, conocer y descubrir diversos lugares del mundo.

Considero que es una de las mejores formas de aprender en todos los ámbitos, ya que te ayuda a valorar más tu entorno y ampliar tu visión del mundo.

Como iréis descubriendo todos en el blog conforme vaya publicando mis entradas, no es necesario irse a la "Conchinchina" para ver sitios espectaculares, pues a la vuelta de la esquina los tenemos.

Desafortunadadamente hoy día sigue habiendo gente que no sabe apreciar la fortuna que tenemos en España, siendo uno de los países con más sitios considerados como Patrimonio de la Humanidad (monumentos, ciudades históricas, parques naturales...)

Haciendo hincapié en la frase de Napoleón surgió el nombre del blog. Quería un título que conformara todo lo que van a producir las entradas y por supuesto, algo que estuviera relacionado conmigo, con mis experiencias y mis viajes.

No quiero terminar esta primera entrada sin antes presentarme. Soy Raquel Miguel, futura periodista, viajera, apasionada de la fotografía y cómo no, del viaje más bonito, la vida.



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